Hoy toca hablar de una pareja increíble: Andrea y David. Es difícil no creer en la existencia de un alma gemela una vez los has conocido. Apenas necesitamos unos minutos en la sesión preboda para darnos cuenta de lo perfectos que eran el uno para el otro. Cuando estás cerca de ellos te contagias de las toneladas de amor que desprenden. Como era de esperar, eso nos ha permitido disfrutar mucho al hacer fotos con ellos y arrancarnos una sonrisa cada vez que la cámara les apuntaba.
¡Y llego el gran día! Ella en su casa alistándose para estar (todavía más) guapa para su novio, mientras su familia y damas la miraban con una mezcla de alegría y nerviosismo, propios de un evento tan importante. En la puerta del que había sido su hogar en Totana, estaba esperándola un bello automóvil clásico.
Tras captar los emotivos momentos previos a la boda que vivió Andrea junto a su familia y damas, nos dirigimos a casa de David. El ambiente que se respiraba allí era de alegría total. Nuestro galán, estaba acabando de vestirse con un uniforme que nos dejó con la boca abierta. Acompañado por sus amigos más cercanos, no dejaban de reír y contar anécdotas.
La boda en Totana
Como no podía ser de otra manera en una boda sacada de un cuento de hadas, el clima nos regalo unas excelentes postales del cielo. El Hotel Executive Sport, en donde celebraron la ceremonia y el banquete, se vistió con sus mejores galas para estar a la altura.
A lo largo de la ceremonia, bajo una preciosa carpa que los protegía del sol, varios allegados dedicaron hermosas palabras a los novios. Era fácil darse cuenta por los alagos y elogios que les expresaron lo mucho que los quieren. Ya no es solo la complicidad que hay entre los dos, también es el respeto y amor que se han ganado tanto de sus familiares como de los muchos amigos allí presentes.
Ha sido una experiencia linda ser parte de esto. Hemos disfrutado mucho del ambiente, la comida, el sitio y, sobre todo, las emociones. No solamente de las que ellos vivieron, sino de las que te transmiten con tan solo verlos juntos: desde una sonrisa hasta lágrimas de felicidad.
Gracias, Andrea y David, por hacernos parte de una boda tan emotiva como la suya. Será difícil que olvidemos este día.